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42B - Sigue al conejo blanco

Créé le : Lunes 23 de mayo de 2016 por Antonio Ruiz De Azua Mercadal

Dernière modificaton le : Viernes 4 de noviembre de 2016

"Yo sólo puedo mostrarte la puerta. Tú eres quien debe atravesarla." Morfeo

Discurrimos por las sendas de la vida sin la certeza de saber cómo es en realidad el mundo que nos rodea. En nuestra ignorancia, vivimos satisfechos hasta que un día, como a Alicia (el personaje de la novela de Lewis Carroll), surge ante nosotros de forma inesperada un conejo blanco, una intuición que pone en duda algunas de nuestras creencias. Cuando esto ocurre, podemos escoger entre dos opciones: continuar por los caminos conocidos o seguir al conejo blanco hasta el cuarto de los misterios donde, tras franquear alguna de sus puertas, nos adentraremos en los bosques del conocimiento.

El conejo blanco. Ilustración de John Tenniel para la novela "Alicia en el país de las maravillas" de Lewis Carroll (1866)

La caverna

Para describir la ignorancia en la que estaban inmersos los seres humanos, Platón utilizó la metáfora de una caverna habitada por esclavos encadenados; una caverna sobre cuyas paredes se proyectaban las sombras de objetos situados a su espalda, frente a una hoguera. Esas sombras eran la única referencia del mundo que tenían los esclavos ya que sus cadenas les impedían girar la cabeza y ver directamente los objetos.

Conjeturaba Platón que si algún esclavo lograra liberarse de las cadenas y escapar fuera de la caverna, difícilmente comprendería lo que vería ya que hasta entonces sólo había conocido un mundo formado por sombras. Proseguía Platón que, si una vez fuera de la caverna el esclavo sintiera compasión por sus compañeros de cautiverio y decidiera retornar al interior para compartir con ellos su descubrimiento seguramente éstos, creyendo que su compañero había perdido la razón, se burlarían de él o, todavía peor, lo matarían porque la nueva información supondría para ellos un cambio de creencias, hecho que no podían aceptar.

Matrix

Casi 2600 años después de Platón, los hermanos Wachowski realizaron una versión moderna de la metáfora de la caverna en su película Matrix.

La trama de Matrix discurre en el año 2199. En esa época los seres humanos ya hace tiempo que han destruido la superficie de la Tierra y viven esclavizados por las máquinas, encerrados en cápsulas guardadas en el interior de una gran caverna. Los cuerpos de los humanos son utilizados por las máquinas para obtener energía eléctrica. Para mantenerlos vivos han conectado sus cerebros, mediante cables, a un potente programa informático llamado Matrix cuyo objetivo es hacerles creer que viven en el mundo anterior a la destrucción de la superficie de la Tierra.

"Matrix nos rodea. Está por todas partes incluso ahora, en esta misma habitación. Puedes verla si miras por la ventana o al encender la televisión. Puedes sentirla cuando vas a trabajar, cuando vas a la iglesia, cuando pagas tus impuestos. Es el mundo que ha sido puesto ante tus ojos para ocultarte la verdad."
Morfeo

Uno de los humanos conectados a Matrix es Thomas Anderson (Neo). Neo no es consciente de vivir en el mundo virtual creado por Matrix, aunque siempre ha tenido el presentimiento de la existencia de un gran enigma en su mundo. Este enigma empieza a desvelarse el día que recibe en la pantalla de su ordenador un mensaje desconcertante:

Despierta, Neo. Matrix te posee. ¡Sigue al conejo blanco!

En la siguiente escena de la película Neo descubre a una mujer que tiene tatuado en el hombro un conejo blanco y decide seguirla hasta un bar. Allí conoce a Morfeo, el líder de los rebeldes que luchan contra las máquinas. Morfeo le revela a Neo que está viviendo en un mundo virtual creado por Matrix.

"... eres un esclavo, Neo. Igual que los demás, naciste en cautiverio. Naciste en una prisión que no puedes ni oler ni saborear ni tocar. Una prisión para tu mente." Morfeo

Tras este descubrimiento el cuerpo de Neo se libera de los cables que lo mantenían conectado a Matrix, abre los ojos y descubre que estaba viviendo recluido en una cápsula en el interior de la caverna.

¿Por qué me duelen los ojos? Neo
Jamás los habías usado. Descansa, Neo. Ya llegarán las respuestas.
Morfeo

Ya libre de sus ataduras, Neo huye de la caverna y se une a Morfeo y a sus compañeros para luchar contra Matrix.

Como al esclavo de la caverna de Platón, a Neo le será difícil convencer a los humanos sometidos por Matrix de que están viviendo en un mundo virtual. Algunos de ellos se encuentran tan cómodos en Matrix que no dudan en rechazarle. Incluso Cifra, uno de sus compañeros de lucha, traiciona a Morfeo a cambio de que Matrix le permita retornar al interior de la caverna donde disfrutar de los placeres de ese mundo virtual.

"La ignorancia es la felicidad." Cifra

¿Cómo diferenciar los sueños de la realidad?

"¿Alguna vez has tenido un sueño, Neo, que pareciese muy real? ¿Qué ocurriría si no pudieras despertar de ese sueño? ¿Cómo diferenciarías el mundo de los sueños de la realidad?" Morfeo

La metáfora de la caverna de Platón y la película Matrix plantean algunas cuestiones tales como ¿qué es la realidad?, ¿cómo podemos distinguir la realidad de los sueños?, ¿podemos confiar en nuestras percepciones?

Según algunos filósofos, la realidad es una alucinación compartida por el conjunto de los seres humanos. Hemos establecido un consenso social sobre lo que debemos considerar real o no. Esto nos condiciona a percibir sólo aquello que previamente hemos acordado como real. Como decía Guy de Maupassant en su novela "Pedro y Juan": Estamos acostumbrados a utilizar nuestros ojos sólo con el recuerdo de lo que otras personas antes que nosotros han pensado sobre el objeto que estamos viendo.

Las nuevas tecnologías (televisión, internet, videojuegos, etc) y las redes sociales nos están sumergiendo en un nuevo mundo virtual en el que es difícil distinguir lo real de lo imaginario. Esta situación dificulta la autoconsciencia corporal y fomenta la pérdida de identidad del individuo. Algunos psicólogos han atribuido el éxito de los selfies (autorretratos) a un deseo de compensar esta pérdida de identidad.

"Creí que no era real. Neo
Tu mente hace que lo sea."
Morfeo

"¿Qué es real? ¿De qué modo definirías real? Si te refieres a lo que puedes sentir, a lo que puedes oler, a lo que puedes saborear y ver, entonces el término real son señales eléctricas interpretadas por tu cerebro. Este es el mundo que tú conoces."Morfeo

Tres conejos blancos

Tarde o temprano entenderás la diferencia entre conocer el camino y andar el camino. Morfeo

Transitando por los caminos de la osteopatía, en tres ocasiones salió a mi encuentro un conejo blanco, un insight de que estaba viviendo en un "Matrix osteopático". Como a Alicia, mi curiosidad me animó a seguirlo hasta el bosque del conocimiento en busca de respuestas.

El primer encuentro con el conejo blanco ocurrió tras la lectura de un artículo de medicina que atribuía a la médula espinal una tensión intrínseca llamada "fuerza de tracción medular" (FTM), capaz de originar patologías como la escoliosis idiopática y la enfermedad de Arnold Chiari. La existencia de la FTM me hizo plantear la siguiente pregunta: ¿y si el elemento transmisor de fuerzas entre el cerebro y el sacro fuera la médula y no la duramadre como afirmaba Sutherland?
Siguiendo al conejo blanco crucé el umbral de una puerta del cuarto de los misterios en la que colgaba el cartel "Neurología", adentrándome en el bosque del conocimiento donde descubrí, entre otras cosas, que in vivo las paredes del fondo de saco dural permanecen relajadas. El hecho que a nivel lumbar la duramadre permanezca relajada contradice el modelo del core link de Sutherland. Otro factor en contra de este modelo es la existencia de adherencias de la duramadre en la cara interna del hueso occipital y primeras vértebras cervicales, impidiendo los movimientos durales a este nivel.
En revistas de osteopatía ("Apostill" de Francia, "Terapias naturales" de Argentina y "L´Ostéo4pattes" de Francia) escribí acerca de la FTM, descartando el modelo del core link.

Poco tiempo después de la publicación de mi primer artículo sobre la FTM apareció de nuevo en mi camino el conejo blanco. En un libro de psiquiatría encontré una referencia sobre unos pequeños movimientos ondulantes tisulares de origen psíquico, apenas perceptibles con la vista. ¡Movimientos tisulares apenas perceptibles! Ese descubrimiento hizo cuestionarme una serie de preguntas: ¿qué relación tienen estos movimientos de origen psíquico con los movimientos del MRP de Sutherland?¿por qué los libros de osteopatía no los mencionan?
Sutherland fundamentaba la existencia del MRP en dos hechos:
 la existencia de unos movimientos intrínsecos del cerebro
 la transmisión de las fuerzas generadas por estos movimientos al resto del cuerpo mediante la duramadre (core link) y el líquido cefalorraquídeo (LCR).

Tras haber descartado el modelo del core link, el siguiente paso fue cuestionarme el origen de los movimientos tisulares que percibía. ¿Se originaban en el cerebro, como afirmaba Sutherland, o bien eran movimientos musculares de origen psíquico?

Déjame decirte por qué estás aquí. Estás aquí porque sabes algo. No puedes explicar ese algo. Pero lo sientes. Lo has sentido toda tu vida. Este mundo tiene algo raro. No sabes qué es, pero ahí está ... como una astilla en tu mente, volviéndote loco. Morfeo

En esta segunda ocasión, tras el conejo blanco atravesé la puerta del cuarto de los misterios en la que colgaba el cartel "Percepción" y en el bosque del conocimiento descubrí que mis percepciones manuales eran ilusiones mentales que me habían sumergido en un Matrix osteopático.

Lo primero que aprende el que se inicia en el estudio de la percepción es que percibimos con la mente, no con las manos. "Sensación" y "percepción" no son términos sinónimos. Las sensaciones se generan en los órganos sensoriales y se transmiten al cerebro en forma de potenciales de acción eléctricos. Una vez allí, estas señales eléctricas junto a otras provenientes de distintas zonas del cerebro dan lugar a las percepciones. Las percepciones no brindan una imagen directa del mundo real sino una interpretación subjetiva del mismo.

En una escena de la película Matrix, Neo queda fascinado viendo a un niño doblar una cuchara con su poder mental. Después el niño, mientras le entrega la cuchara a Neo, le dice:

No intentes doblar la cuchara. Eso es imposible. En vez de eso, sólo procura comprender la verdad. Niño
¿Qué verdad? Neo
Que no hay cuchara. Niño
¿No hay cuchara? Neo
Si lo haces, verás que no es la cuchara la que se dobla, sino tú mismo. Niño

A los osteópatas también las percepciones manuales nos ofrecen una imagen distorsionada de la realidad. No siempre son los tejidos del paciente los que se mueven (no se doblan las cucharas); a veces somos nosotros los que nos movemos (nos doblamos) a pesar de no ser conscientes de ello debido a unas deficientes autopercepción y consciencia corporal.

¡La autoconsciencia corporal! ¡Esta es la clave de la percepción manual! pero, ¿qué hacer para mejorarla? Hasta ese momento mis lecturas, los cursos y otras actividades relacionadas con la osteopatía no me habían podido ayudar. Sólo había aprendido a creer que estaba doblando cucharas, cuando lo que yo pretendía era sentir que el que se doblaba era yo.

Cuando comprendí que desde el mundo de la razón no conseguiría mejorar mi autoconsciencia corporal, dirigí mis esfuerzos a la búsqueda de actividades físicas que me proporcionaran los estímulos propioceptivos necesarios para reforzar mi esquema corporal (representación mental del cuerpo que actúa como referencia a la consciencia corporal).

¿Y qué actividades físicas podían ayudarme en mis propósitos? Ya que desde el interior del Matrix osteopático no me podían ayudar, como Neo busqué fuera del sistema y descubrí el "kyudo" (tiro con arco tradicional japonés).

El kyudo es una disciplina japonesa que utiliza la respiración y los movimientos corporales para integrar el cuerpo y la mente. La práctica continuada del kyudo permite mejorar la autoconsciencia corporal, transformándose el arco en un espejo donde se reflejan el cuerpo y la mente del arquero.

El kyudo ha sido llamado "zen de pie" ya que su práctica se realiza en un determinado estado mental donde en el que pensamientos y emociones apenas interfieren en las percepciones. Fue trabajando en este estado mental cuando sentí que parte de los movimientos tisulares que percibía en mis tratamientos no provenían de los tejidos del paciente sino de mi propio cuerpo.

Los occidentales tenemos una deficiente autoconsciencia corporal. Estudios realizados en laboratorios de psicología han puesto de manifiesto que esta limitada consciencia corporal dificulta la percepción de los movimientos de nuestras manos. Siendo esto así, ¿con qué criterio utilizamos las percepciones manuales en los diagnósticos y tratamientos osteopáticos?
En algún momento de nuestra vida profesional los osteópatas podemos encontrarnos ante el dilema de escoger entre dos opciones: trabajar con las ilusiones generadas por la mente (las percepciones) o bien sólo con las sensaciones de las manos; entre la pastilla azul o la roja que Morfeo ofrecía a Neo en Matrix.

"Esta es tu última oportunidad. Después, ya no podrás echarte atrás. Si tomas la pastilla azul, fin de la historia. Despertarás en tu cama y creerás lo que quieras creerte. Si tomas la roja, te quedas en el País de las Maravillas y yo te enseñaré hasta dónde llega la madriguera de conejos." Morfeo

Si el osteópata opta por escoger la pastilla azul (las percepciones) continuará percibiendo todo aquello que le proponga el Matrix osteopático mientras que, si escoge la pastilla roja (las sensaciones), se abrirá ante él un nuevo mundo de movimientos imprevisibles libres de condicionamientos mentales.

La tarea de liberarme de mis condicionamientos mentales con respecto al MRP resultó más difícil de lo que había previsto. Aquellas imágenes mentales estaban tan arraigadas que ofrecieron una gran resistencia a desaparecer. Pero finalmente, y gracias a la deconstrucción de las bases teóricas de la osteopatía y a métodos orientales de entrenamiento mental, mis esfuerzos dieron sus frutos y paulatinamente dejé de percibir todos aquellos movimientos tisulares del MRP a los que tantos años de estudio había dedicado.

"Tienes que olvidarlo todo, Neo. El miedo, la duda y la incredulidad. Libera tu mente." Morfeo

Dejar de percibir los movimientos ordenados del MRP me creó cierta inquietud pues ¿cómo podía tratar con osteopatía unos movimientos tisulares que no podía percibir? Afortunadamente comprendí lo que me estaba pasando. Con mi mente no podía percibir aquellos movimientos tan ordenados pero, sorprendentemente, mis manos podían sentir otros movimientos que no seguían patrones predecibles.

"Les enseñaré un mundo sin vosotros. Un mundo sin reglas y sin controles, sin límites ni fronteras, un mundo donde cualquier cosa sea posible. Lo que hagamos después es una decisión que dejo en vuestras manos." Neo

¡Movimientos tisulares sin patrones de movimientos predecibles!, ¡las mismas características de los movimientos tisulares de origen psíquico! Sin duda alguna era una prueba más a favor de que gran parte de los movimientos tisulares que había estado percibiendo estaba relacionada con la psique.

Si estos movimientos eran de origen psíquico, ¿cómo podía integrarlos en mis tratamientos osteopáticos? Lejos de ser un inconveniente, mi experiencia me ha demostrado que integrar en los tratamientos estos movimientos de origen psíquico permite tratar con éxito enfermedades músculo-esqueléticas crónicas que se resisten a otras terapias.

Los caminos de la osteopatía a menudo se recorren en solitario. Abandonar el Matrix osteopático puede ser considerado por tus compañeros una transgresión difícil de olvidar. Como el esclavo de la caverna de Platón, cuando intenté dar a conocer a algunos de mis compañeros la existencia de métodos capaces de borrar de la mente los condicionamientos acerca del MRP, rechazaron conocerlos y prefirieron continuar cómodamente instalados en el mundo virtual.

Pero como siempre, recorrer caminos desconocidos lleva implícito estar dispuesto a las sorpresas y, un día, de forma inesperada, apareció de nuevo el conejo blanco que me guió hasta la puerta en la que colgaba el cartel "Evolución", pero esta ... esta es otra historia.

Antonio Ruiz de Azúa Mercadal

porloscaminosdelaosteopatia chez gmail.com



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